22 mayo 2012

Hipnosis (I)

En realidad, este escrito estaba previsto con el objetivo de presentar a un conocido hipnotista que pasó por la ciudad en 1913, y su maestro, un personaje que realizaba “milagros”, en la última mitad del 1800.

Pero dos hechos cambiaron el plan original: 1) la presencia del hipnotizador Tony Kamo en Rosario, y 2) la visita y conferencia que el mago Aryel nos brindo en el Grupo Rosarino de Ilusionistas Mágicos.

Tony Kamo, el “Hipnotizador mas famoso del mundo”, según reza su propaganda, ha estado promocionando durante toda la semana anterior en todos los medios de difusión rosarinos, una serie de Seminarios / Cursos denominados Autoprogramación Mental, Dejar de fumar, Control de ansiedad y estrés, Bajar de peso, etc., que tienen su raíz en la hipnosis.

A Tony Kamo lo he visto por televisión, y una de las cosas que ha llamado poderosamente mi atención, ha sido como puede con un simple chasquido, dejar profundamente dormido a varios sujetos en un segundo, en un espectáculo masivo y al aire libre, con todo el infernal murmullo y gritería de 5000 o 7000 personas.

 ¿Es posible tal experiencia en esas condiciones?

 En lo personal no lo creo posible, sin embargo en el intercambio que comento mas abajo, los que conocen del tema, afirmaron que puede realizarse; hay algunas técnicas para conseguirlo.

Mi opinión puede no ser compartida, pero en ocasiones, es demasiado perceptible el uso de “compadres”, o actores, por parte de algunos hipnotistas.

 Mi apreciación es crítica, cuando la evidencia de una “mala actuación” por parte de algún “voluntario”, desvirtúa totalmente le experiencia.

Lo anterior no intenta invalidar el trabajo de Tony, y mucho menos los fundamentos de la hipnosis, es solo un punto de vista de alguna de las facetas concernientes al espectáculo de esta especialidad.

El segundo motivo fue la presencia Aryel, que aunque brindó una excelente conferencia de mentalismo, también se dedica a la hipnosis, realizando shows sobre el tema.

Después de la conferencia, el tema excluyente en la cena fue acerca de la hipnosis, y toda su relación, como por ejemplo elección del sujeto, algunos métodos de inducción, regresiones, consecuencias post hipnóticas, etc.

 Mucho misterio y creencias equivocadas han rodeado siempre a la hipnosis en el imaginario popular.

En ese intercambio, se trataron muchos de esos puntos.

 * Solo los espectadores de débil voluntad pueden ser hipnotizados.
 Se afirma que es todo lo contrario, el éxito en la hipnosis depende de tener enfrente una voluntad lo suficientemente fuerte, como para lograr concentrarse y dirigir todo su pensamiento y energía a relajar su mente.

Los mejores sujetos, son estudiantes que están entrenados para la concentración, o personas de elevada inteligencia.

 * ¿Puede entenderse como “posesión” la habilidad de una persona para hipnotizar a otra?
 La obediencia incuestionable, conduce a los espectadores a pensar que el hipnotista mantiene el control total sobre la mente del sujeto hipnotizado, y puede tomar ventaja de ello, haciendo que realice actos inmorales o deshonestos.

 Una persona bajo hipnosis, no cumplirá ninguna orden en contra de sus principios éticos o morales, o creencia religiosa.

 Lo anterior se ha constatado con experiencias que demuestran que los principios no pueden vulnerarse por órdenes de un inductor.

Si el hipnotizador diera una orden de cometer algún hecho ilícito o inmoral, el sujeto se despertará del estado hipnótico inmediatamente, y no se desviará de su ética.

* En condiciones normales, ninguna persona puede caer bajo la hipnosis en contra de su voluntad.

Un intercambio muy interesante por cierto.

No es fácil abordar el tema de la hipnosis en pocas líneas, ni tampoco hacer mérito a todos sus cultores, fueren científicos o artistas.

Aunque hay algunos antecedentes previos, podría decirse que todo se desencadena, a través de los estudios de Mesmer, y de su teoría del Magnetismo animal, ya transcurrido las tres cuartas partes del siglo XVIII.

Luego vendrían el Marques de Puysegur, el médico escocés Braid quien implantó el término Hipnotismo, el neurólogo Charcot que aplicó la técnica a pacientes histéricos, y a posteriori muchos otros científicos que permitieron un desarrollo sostenido.

En cuanto al hipnotismo teatral, parece ser que uno de los primeros en practicarlo, podría haber sido el médico Charles Deslon, discípulo de Mesmer, quien montó una experiencia con varios sujetos al mismo tiempo en un salón / escenario de París, a finales de la década de 1780.

Si bien no estaba previsto como un espectáculo en sí mismo, lo realizado se parecía bastante a los modernos shows de hipnosis.

Deslon consiguió impresionar fuertemente a los testigos de aquella experiencia: con una música de fondo apropiada, el proceder de los pacientes era variado, unos bailaban, otros cantaban, y no faltaban gritos, sollozos y comportamientos extraños.

Más tarde aparecerían los artistas, especialmente los mentalistas, que agregaban a sus espectáculos, las sensacionales sesiones de hipnosis.

Alguna de las tantas anécdotas que circulan es el por ejemplo el caso de Flint, uno de los hipnotizadores más conocidos de fines de 1800 y comienzos de 1900, de quien se comenta que produjo la muerte de un asistente, mientras realizaba el test de rigidez.

Muchos hipnotistas teatrales engañaban al público, autopromocionándose como hacedores de milagros y fenómenos nunca vistos, pero no pasaron de ser mas que soberbios charlatanes.

Mi remembranza me retrotrae a muchos años atrás, cuando tuve oportunidad de asistir a un espectáculo del anunciado como “Hombre Radar”, el genial Fassman, quien deslumbró en el teatro Olimpo de Rosario.

Junto con su bella médium Anna Fay, presentaron experiencias de grafología, clarividencia, nemotecnia y telepatía.

El Hall del teatro, estaba adornado con dos o tres docenas de fotografías de espectáculos de Fassman en escenarios de todo el mundo, donde se mostraban hipnosis colectiva y experiencias variadas.

También vívido aún, el comentario de asombro de un espectador, vecino de butaca en aquel espectáculo, que fuera uno de los sujetos a quienes hipnotizó en el escenario.

04 mayo 2012

Thauma

Thauma, una inglesa con un rostro toda belleza, recorría el mundo presentando una ilusión que dejaba atónito al público.

Muy seguramente Thauma, era un nombre de fantasía, que respondía más al nombre de la ilusión, que al suyo propio.

Llegaba a Rosario procedente desde Montevideo y Buenos Aires, donde había causado una sensación notable.

A pesar de contar la ciudad con el amplio Teatro Olimpo, el lugar elegido para la exhibición, fue un local que había ocupado el Hotel de la Paz.

Pero aclaremos un poco más: la curiosidad consistía, en que la mujer no tenía piernas, y solo se observaba su busto sobre un pequeño trapecio colgado del techo mediante cadenas.

El espectáculo era tan desconcertante, que difícilmente podía explicarse el público, como una mujer sin piernas quedaba suspendida en el aire.

La dama iluminada por una brillante luz, podía ser observada por el público a tan corta distancia, que le permitía entablar un diálogo con ella.

Para reforzar el efecto, y que nadie sospechara de piernas ocultas o disimuladas debajo del busto, un asistente pasaba una vara de madera, y hasta llegaba a apuñalar el espacio etéreo con una gruesa espada por debajo y alrededor de aquel semicuerpo, para demostrar que no había engaño ni parte oculta en esa zona.

Thauma sonreía, hablaba, cantaba, y hasta besaba a los bebes que le acercaban.

El “busto flotante” como lo denominaban algunos, fue una ilusión asombrosa, que originó un nuevo principio en la magia, que se utilizó con mucha simpleza en ese momento, pero que luego fue desarrollado con interesantes resultados.

El Dr. Lynn, un reconocido mago de su tiempo (fines del siglo XIX), fue quien inventó aquel efecto mágico al que llamo Thauma, y de acuerdo al historiador Jim Steinmeyer, lo presentó por primera vez en el Folies Bergere de París a fines de 1870, y luego lo mostró por todo el mundo.

Volviendo a nuestra historia en Rosario, aquella presentación contaba con un cicerón, quien daba algunas explicaciones referentes a tan extraordinaria imposibilidad.

Los horarios de exhibición eran restringidos, de 4 a 6 y de 8 a 10 p.m. Seguramente era una prueba difícil, que exigía un estado físico impecable.

En los avisos, se insistía que Tahuma era la mutilada original.

La denominación de original, se debía a un curioso hecho relacionado con la inglesa y con su ilusión, el cual fue relatado por el periódico local La Capital.

El tema es que mientras la ilusión se exhibía en el Teatro Nacional Buenos Aires, dos españoles encargados de la limpieza y de la boletería del lugar, no tuvieron mejor idea que forzar las instalaciones donde se guardaba celosamente la ilusión.

Su deseo de lucro, pudo más que su dignidad.

Analizado el aparato, y ya en conocimiento de su secreto, construyeron uno igual, y viajaron a Rosario anunciando el espectáculo en el Teatro Olimpo.

Agregado a lo anterior, los carteles de propaganda distribuidos por la ciudad, y que los españoles no pagaron, fueron mandados hacer a la imprenta misma de La Capital, que como consecuencia lógica, se encargó de publicar bien en destacado, la noticia de morosidad por parte de los “empresarios”.

Los españoles la hicieron completa, aunque no demasiado bien.

Decía el comentario periodístico,  “ …….. los industriosos caballeros dieron fiasco, pues tuvieron que irse con la música a otra parte, y hoy no sabemos donde se encuentran  parodiando el curioso espectáculo que presenta en Rosario Miss Thauma ………”

Escribía el articulista, que todo lo explicitado en el periódico, provenía de su propia investigación, y del mismísimo propietario del Teatro Nacional de Buenos Aires.

El tema seguía en las noticias, y La Capital  volvía a su tratamiento, publicando una noticia de Miss Shauwa, nombre de la mujer que exhibían los españoles:

.... la señorita Miss Shauwa, mujer mutilada, junto con los españoles, se ha ido con la música a otra parte. Llegó al Rosario, y a las primeras de cambio con Miss Thauma, debió levantar campamento y retirarse a Santa Fe. Hubiera sido muy curioso que las dos mujeres mutiladas se hubieran dado de mojicones y mordiscos, y también de puntapiés, aunque carecen de pantorrillas.”

Cumplido su espectáculo en Rosario, seguramente Thauma debió dirigirse a cualquier lugar menos a Santa Fe, para evitar tener que demostrar que era la original, y no su plagio.
Colección Mike Caveney

Lo que se aprecia en la imagen, es lo que deben haber disfrutado los rosarinos y otros tantos espectadores del 1800, en el espectáculo de la bella inglesa.

En el 2011, en la Conferencia Europea de Historiadores de Magia, tuve ocasión de presenciar una conferencia de Jon Marshall, quien disertó  acerca de esta ilusión. Jon comentó y presentó material y fotografías del desarrollo, incluidos los modelos, que debió realizar para luego exhibirla en sus presentaciones.