22 mayo 2013

Dos maestros: Li - Ho - Chang y Okito

A mediados de 1926, dos grandes magos coincidieron en los escenarios de la ciudad de Rosario, Argentina.

Li Ho Chang (años más tarde Chang) por un lado, y Okito por otro, eran los dos maestros de la magia que competían en los mismos días por un público ávido de magia. Ambos presentaban actos de estilo chino, pero curiosamente ninguno de ellos era oriental. Li Ho Chang había nacido en Panamá, y Okito proveniente de familia holandesa, era 6ª generación de magos.

Lo interesante del caso, era que las salas donde se presentaban, distaban entre sí escasos 400 metros.

Veamos la previa.

Entre 1923 y 1925, Okito estaba recorriendo Europa, y de acuerdo a sus propias palabras, con un show de ilusiones de mayor éxito, y sin perder un solo día de función. Eran 37 minutos de espectáculo, que según el artista, el público literalmente “se comía” desde el comienzo al fin.

El primer viaje del mago Holandés a Sudamérica, había tenido lugar en 1919, en ocasión de un prolongado tour por Uruguay, Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil, y Colombia.

En su segunda visita al sur del continente americano en 1926, Okito dejaba tras de sí fatigosas presentaciones en importantes ciudades europeas como Londres, París y otras, junto a su hijo David (de nombre artístico Syko en aquel tiempo, y luego famoso como Fú Manchú).

La otra mitad que completa esta historia, es el mago panameño Li Ho Chang, quien más tarde pasaría a ser simplemente Chang.

Es probable que tantos nombres y sus posteriores modificaciones puedan confundir a quienes no están familiarizados con la historia de la magia, pero fue la realidad. 
Hay magos que cambiaron sus nombres artísticos más de 7 veces. 
Crisis de identidad tal vez…?.

Dejando de lado el chascarrillo tonto y volviendo a nuestra historia, Li Ho Chang venía bajando desde el norte de Brasil con un éxito arrollador. Varios magos cuyos recorridos coincidían con el del panameño sufrían las consecuencias de su éxito. El público se repartía, aunque no proporcionalmente, y acudía en masa a ver a Chang.

En el Rosario de 1926, los espectáculos presentados por ambos magos eran bien diferentes.

El Gran Cine Varieté Rosario plantado en el centro de la ciudad, era un amplio recinto donde actuaban los principales artistas de variedades de la época. Las presentaciones tenían lugar en el intermedio de películas, debido a lo cual el tiempo disponible no superaba los 40 minutos.
En las Secciones de Familiar y Noche de mediados de mayo, se anunciaba al celebrado y misterioso personaje japonés, el Mandarín Okito, descendiente de 6 generaciones de magos y Plus Ultra de las atracciones. Toda la China desconocida y tenebrosa revelada por Okito,  $ 200.000 en vestuario. Un espectáculo de misterio.

Artista de primer orden y muy meticuloso en todos los detalles, Okito tenía un show atrayente. Su obra maestra y probablemente su efecto favorito, era sin duda la bola flotante, una ilusión maravillosa, donde una esfera de 30 cm de diámetro se desplazaba en el espacio escénico bajo la influencia del mago. 

Otras de sus rutinas eran el papel roto y recompuesto, la Pesca aérea, donde pequeños pececitos aparecían en un anzuelo colocado en el extremo de una larga caña de pesca, la producción de bowls llenos de agua, y producciones diversas, todo ello ocurriendo en las propias narices de los espectadores.

Los dos shows del Mandarín, se presentaban entre los films Carlitos en las termas, interpretada por el genial Chaplin, Una noche morrocotuda por el comediante Jimmy Aubrey, y Una granja en la azotea actuada por Lee Moran.

Como decía al inicio, a escasos 400 metros, la contracara de esta historia, Li Ho Chang publicitado como célebre ilusionista chino, con su gran espectáculo fantástico de magia moderna y oriental, hacía su debut en el Teatro Colón, hermosa y espaciosa sala, donde también se representaban espectáculos operísticos.

Se trataba de otro espacio escénico, que ofrecía la posibilidad de un espectáculo con producción más elaborada. 

Contrastando con las salas, la propaganda de Okito fue mucho más profusa.

La Primera Sección del espectáculo de Li Ho Chang, incluía los siguientes efectos e ilusiones: El Palacio encantado, Una noche en Pekín, La Caja de la muerte, seguía la Segunda Sección en la que presentaba La Caja clavada, Cuentas matemáticas, El Gabinete de los espíritus. En la última parte uno de los efectos que más impactaba en el público era El fusilamiento de una señorita. Finalizaba con el macabro baile de los esqueletos sobre las cabezas de los espectadores.
El fusilamiento de una señorita, uno de las más sensacionales efectos de la época, y que no debe confundirse con la ilusión conocida como la detención de la bala, consistía en que el mago disparaba un proyectil marcado e identificado, a través del cuerpo de una ayudante, incrustándose sobre un blanco colocado detrás de la chica. Para que no quedaran dudas que se traba de misma bala la que salía del fusil y que impactaba sobre el blanco, el proyectil tenía adherida una brillosa cinta, la cual, después del disparo podía verse que atravesaba claramente el cuerpo de la chica y continuaba hasta el blanco.

Ambos magos conquistaron desde el primer momento la simpatía y ovación de la numerosa concurrencia que asistió a ambas salas.

Fiel a su costumbre, Li Ho Chang destinaba la función más temprana de los días domingos al público infantil, con prioridad para los niños desvalidos del Hogar del Huérfano, causa por la cual fue muy querido y recordado en Rosario. Agregado a lo anterior, su humildad y carisma, lo convirtieron en uno de los magos preferidos de nuestra ciudad.

Okito volvería a Argentina por última vez en 1932, oportunidad en que se presentó junto con su hijo David (ya como Fu Manchú), en el espectáculo llamado “Okito presenta a Fú Manchú”. Durante 6 meses recorrieron localidades del interior del país, pasando luego a Brasil, desde donde Okito retornó a Europa.

Por su lado el panameño Li Ho Chang, volvería en varias oportunidades a Argentina y por supuesto a Rosario, donde fue muy recordado, aún hasta la actualidad.

4 comentarios:

  1. Muy Buen Post Eduardo! nutritivo Literalmente!
    Saludos desde Venezuela!
    Un Abrazo!

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  2. Hola Reynaldo !
    Agradezco tu comentario.
    Fuerte abrazo.
    Saludos.

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  3. Que historias, alcanzé ver el espectáculo de Chang, luego lógicamente a Fu Manchu, gusto de la cartomagia como simple aficionado. Saludos, Jorge de Claypole

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  4. Gracias Jorge por escribir. Saludos

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Gracias por tus comentarios.