08 septiembre 2015

Jumal Singh

Estimo que el apellido Singh, debe o debió ser muy común en la India. Saco esta conclusión porque en la historia de la magia a través de muchas épocas, se presentaron muchos faquires Singh. Todos decían ser originarios de la India, pero buceando en sus biografías sus nacionalidades no respondían a tal afirmación. El nombre era una forma de estar más a tono con el personaje.

Uno de los tantos artistas con ese nombre visitó Rosario en 1913.

El hermoso Teatro Colón, ubicado en Calle Corrientes 481 inaugurado en 1904, fue donde debutó un 18 de junio de 1913 el faquir Jumal Singh.
Comentaban los periódicos que consagrado en los escenarios de las grandes capitales de Europa y América, Jumal presentaba en nuestra ciudad un espectáculo exótico, pues reproducía experimentos científicos, aunque más bien podría decirse milagrosos de los hindúes orientales, de quienes se afirmaba burlaban las leyes naturales mediante procedimientos de mágicas apariencias. Se planteaban muchos puntos oscuros que no encontraban solución explicable, lo que obligaba a pensar en las tenebrosidades de los misterios de la India.

El elenco se completaba con otros dos personajes orientales familiares del personaje principal: Kesar y Bella Singh.

El espectáculo de los hindúes orientales como se los promocionaba, no era simple, ! no señor ¡.

Presentaban pruebas de ilusionismo, autosugestión, telepatía, magnetismo, transmisión de pensamiento, adivinación del pasado, presente y futuro, producían sorpresas de todo tipo, y en ocasiones con bastante hilaridad.

Algunas de los admirables números que presentaban eran Baile del espíritu, la Lluvia de Plata, La Caja misteriosa, El Tubo misterioso, Los Secretos del Himalaya, y La prisión de Kilán.

Pero si había algo que causaba verdadera sensación en el espectáculo, era el Tanque de Neptuno, una ilusión que había impuesto nada menos que el gran escapista Harry Houdini unos años antes.
Tanque de Neptuno
Se trataba de un recipiente cilíndrico gigante que se llenaba con agua, los mismos espectadores eran quienes cerraban su tapa con candados, y a los pocos minutos el hindú escapaba del mismo, apareciendo donde el público menos lo esperaba.
Para agregar limpieza al efecto, el tanque se exhibía en el foyer del teatro durante todo el día, donde podía ser revisado por el público que visitaba la sala.

Los comentarios periodísticos se desasían en elogios, apuntando que aquello parecía salido de un cuento de hadas, o de algún capítulo no escrito de las Mil y una noches.
“Jumal ha dejado atónito al público; el Tanque de Neptuno bien cerrado con fuertes cadenas y candados no ha sido abierto, y lo que la razón no quiere aceptar por hallarlo incomprensible, es que el indú (sic) salió del encierro sin derramar agua y sin que el público viera la puerta de escape”.

En el Secreto del Himalaya, el faquir realizaba una experiencia similar aunque con una caja de madera; el periodista afirmaba que personalmente había comprobado que no existía fraude visible, y que el encierro y el escape eran reales.

Jumal Singh
El impacto había sido de tal magnitud, que al periodista se le presentaban las siguientes dudas:
¿Cabe pensar en la espiritualización de la materia?, ¿Cabe pensar en la existencia de una magia cuyos misterios no han podido penetrar aún en nuestra civilización occidental?. O Jumal Singh ha hipnotizado al público hasta la aberración misma de los sentidos, haciéndole ver, por simple efecto de ilusionismo, un mundo de maravillas-como en el cuento de las hadas que en realidad no existe?.

Muchas palabras y frases floridas muy típicas de la época, pero evidentemente la impresión había sido muy espectacular, porque en el caso de otros magos, la crítica fustigaba con mucha crudeza cuando el artista no estaba a la altura de las circunstancias.

El éxito fue tal, que la empresa del Teatro Colón decidió agregar funciones extras del faquir Jumal Singh y sus colegas.

Antes de despedirse del público de Rosario, Jumal prometió regresar con una compañía más numerosa, y con nuevas novedades.

Lamentablemente no cumplió su palabra.




2 comentarios:

  1. Sí, en efecto, el apellido Singh es Indio y de otras regiones del Oriente. en punjabi significa algo como "león"
    No sé si te mencioné antes, pero mi ascendencia paterna es hindú (India). Desconozco su origen genealógico y heráldico pero por lo general son Hindúes (de religión) tengo varios paisanos e incluso una tía política con el mismo.
    ¿lamentablemente? ¿Por qué no volvió?
    Exelente publicación
    te escribí al mail
    saludos desde Venezuela
    Reynaldo.

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  2. Reynaldo, gracias por tu aporte. En verdad conocemos muy poco, al menos yo, sobre la cultura hindu. Porque no volvio ? Creo simplemente que pasa a menudo con los artistas, giras en distintos continentes, compromisos, es dificil armar ese rompecabezas. Fuerte abrazo.

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Gracias por tus comentarios.