28 noviembre 2009

La magia en las cortes (aunque no reales)

El mundo del juicio mágico

Querellas, demandas, juicios, acusaciones, denuncias, procesados, inculpados, imputados, difamados, condenados, exculpados, excusados, exonerados, disculpados, justificados, liberados.

Y así podríamos continuar con esta lista de términos utilizados en los innumerables conflictos de magos contra magos, espectadores contra magos, magos contra policías, magos contra asistentes, y demás actores en esto que podríamos llamar: el mundo del juicio mágico.

Podría escribirse un libro dedicado a este tema con todos sus detalles. Para muestra, solo unos pocos casos.

1) La Fantasmagoría

La Fantamasgoría de Robertson tuvo tanto éxito, que su secreto fue pirateado por uno de sus asistentes.

Robertson inició un juicio que ganó, pero ya era tarde, el secreto del sistema de la fantasmagoría comenzó a desparramarse, y así fue como comenzó a exhibirse en Europa, Inglaterra y también Norteamérica.

2) La tortilla

L. Charles fue un ventrílocuo francés del siglo XIX.

Junto con sus muñecos, presentaba unos pocos efectos de magia.

Exitoso en sus funciones, se presentaba con el aparatoso título de Profesor de Ciencias Mecánicas y Recreaciones Filosóficas de Su Majestad el Rey de Prusia.

El episodio que ocupa este espacio, ocurrió en Dublín, y apareció en el periódico British Mercury un 17 de septiembre de 1823, según lo reportado por el historiador inglés Edwin Dawes.

Resulta que dos espectadores molestaban continuamente al ventrílocuo/mago en su espectáculo.

Puede entenderse tal situación, considerando que uno de los involucrados, tenía conocimientos básicos del arte mágico.

Para uno de sus juegos, el artista llamo a dos espectadores que quisieran colaborar con el.

Presurosos, se adelantaron aquellos dos tontuelos.

Al verlos venir, el sonriente artista se relamió en su interior, disfrutando por anticipado.

El efecto a realizar era el preferido del mago, para lo cual entregó a cada uno de los dos ayudantes un huevo fresco, y retuvo otro para sí.

La instrucción era que debían realizar las mismas acciones que el. Si procedían correctamente, tres exquisitas tortillas, podrían ser saboreadas luego del espectáculo.

El mago rompió el huevo y lo vertió en su sombrero, los espectadores imitaron, luego continuó arrojando los otros ingredientes, y los espectadores repitieron.

Cuando todo terminó, el mago sacó de su sombrero la deliciosa tortilla.

Podemos imaginar lo que ocurrió cuando repitieron la maniobra aquellos bromistas: toda su vestimenta quedo enfangada con toda aquella maceración contenida en los sombreros.

Los espectadores se retiraron de la escena, pero uno de ellos sumamente ofendido, arrojó contra el mago su derruído sombrero.

Mr. Charles fue demandado, no solo por haber arruinado el sombrero, sino por haber obligado a su dueño a retirarse a su casa con su coco al descubierto, lo cual parece ser, era toda una descortesía en aquella época.

En el juicio se le solicitó al artista que se disculpara y pagara por el sombrero, pero el mago hizo otra cosa mejor: tomo un pañuelo, dijo las palabras mágicas, el sombrero aludido apareció sano y salvo debajo del lienzo, y todo se resolvió.

3) El disparo y la instrucción en susurro

Hacia fines de 1902, un mago llamado Burke, fue obligado por un juez inglés a pagar un resarcimiento a un espectador.

Los hechos ocurrieron de la siguiente manera.

En su espectáculo, y durante el transcurso de una rutina donde haría desaparecer un conejo, Burke solicitó un ayudante para que subiera al escenario.

Albert Kay, que así se llamaba el espectador, curioso en descubrir el secreto del juego, subió presuroso para colaborar con el mago.

El mago sostenía un conejo con una mano, mientras que con la otra disparaba con una pistola.

Quiso la mala suerte que parte de la pólvora usada para el disparo, impactara en los ojos de Kay, por lo cual este perdió cuatro semanas de trabajo, por los cuales solicitó indemnización.

La defensa alegó que la proyección fue accidental, y que el espectador estaba fisgoneando, y había acercado demasiado su cara para descubrir como desaparecía el animalito en cuestión.

Ante tal aseveración, el demandante dirigiéndose al mago respondió:
¿ Acaso Ud. no me dijo por lo bajo que simulara estar asustado y que me inclinara un poco ? (risas en la corte).

El mago debió pagar por el lucro cesante del curioso ayudante.

Moraleja: máximo cuidado con las observaciones susurradas al oído de los espectadores cuando suben a asistir al mago.

4) ¿ Mujer Hipnotizada ?

Comento el caso de Lawson Herrmann, quien afirmaba ser sobrino del difunto Alexander Herrmann.

En enero de 1903, Lawson, de estatura mas bien alta, de buen vestir, y bien parecido el hombre por las referencias periodísticas, fue arrestado por orden judicial, bajo la acusación de hipnotizar y detener sin su consentimiento a una dama.

Joseph Sohl, electricista y Gerente del Opera House de la ciudad de Passaic (New Jersey), demandó a Herrmann con el cargo de haber encerrado y detenido a su esposa (de Sohl), en contra del consentimiento expreso de la dama.

Cuando se llevó a cabo el arresto, la mujer fue encontrada en un apartamento, aparentemente en estado de hipnosis.

Desconozco como terminó este entuerto, pero los periódicos de la época, destacaban en negritas el titular del día: “El hipnotismo es un poder maravilloso”.

Interesante es destacar, que 9 meses después del caso mencionado, el mismísimo Lawton, esta vez en la ciudad de Yonkers, decidió llevar a cabo otra experiencia de hipnosis.

El hipnotizador, intentó enterrar a su esposa en estado de sueño cataléptico en un lugar público (un parque), durante 5 días y sus respectivas noches.

El Departamento de Salud del Condado negó el permiso, y le comunicó que sería arrestado, en caso de llevar a cabo tal experimento.

Ante tal postura de las autoridades, el tal Herrmann desistió del entierro de su amada, pero lo llevó a cabo con otra persona.

El asistente soportó el “entierro” durante 3 días y tres noches, y el féretro utilizado en aquella experiencia fue cubierto con arena y aserrín para impedir su escape.

Un caso de escopeta el tal Lawson.

5) Vidente verdadero

En 1915, Bert Resse de 74 años, fue arrestado acusado de adivino y telépata.

Con pruebas fehacientes ante la corte, llegó a demostrar que tales poderes de clarividencia eran ciertos.

Tanto convenció al juez como a los reporteros presentes en el juicio, que el magistrado no tuvo mas remedio que declararlo inocente ante las evidencias ofrecidas in situ.

El periódico The New York Times, en su edición del 30 de junio de 1915, publicó un informe completo de este caso.

A quien le interese y entienda inglés, puede encontrar mas detalles de este caso en “Hazaña ante el juez”, donde se narra la rutina del mentalista en la corte.

6) Milk Pitcher

El mago, inventor, músico y director de bandas de música Richard Himber, querelló en 1945 a Percy Abbott, dueño de la renombrada Abbott Magic & Novelty Co.

Parece ser que Abbott infringía los derechos de autor, al vender y comercializar un efecto que había inventado Himber.

Se trataba del Milk Pitcher (la leche en una jarra se vierte en un cono de papel, y luego el líquido desaparece).

El juicio, como tantos otros quedo en la nada, porque Abbott continuó vendiendo el Milk Pitcher como si nada, y Himber siguió protestando, aunque sin resultado.

7) Mala vista

No hace muchos años, cerca de 1980, el London Press informaba del caso de un psíquico llamado Romark.

Confiado en sus aptitudes ESP, aquel psíquico realizaba la clásica experiencia de conducir un vehículo con sus ojos vendados.

Quiso el destino, la mala suerte, la mala vista, o un exceso de confianza en sus habilidades, que su coche impactara en forma espectacular, contra un vehículo de la autoridad policial, que estaba ubicado en un estacionamiento.

Según sus propios dichos, aquel vehículo policial "estaba ubicado en un punto ciego dentro del rango de su visión psíquica". (??????)
Signos de interrogación agregados por quien esto escribe.

La corte no pudo menos que multar al sujeto, previa recomendación que en el futuro condujera como el resto de los mortales, es decir sin venda de cegado.

Este mentalista británico, parece ser que fue el creador de un efecto que conocemos como “Puzzle”, donde un espectador elige de entre cientos de piezas de un rompecabezas, y es justamente la elegida, la coincidente con la única faltante en un cuadro (rompecabezas) de la Mona Lisa.

Romark, realizaba aquel juego con un mapa en lugar del retrato de la Gioconda del genial Leonardo.

8) Un caso de mala puntería

Todos recordamos que Howard Thurston, tenía la habilidad de arrojar cartas que literalmente volaban hasta los mas recónditos rincones del teatro.

Pero en una ocasión el destino le jugó una mala pasada.

Una de las cartas se incrustó en la sesera de un espectador produciéndole un corte.

Promovida la consecuente demanda, el juez consideró que el mago arrojador de naipes, debía indemnizar al damnificado con U$S 500.

Problema de puntería que le dicen.

Moraleja: cuidado con las cartas voladoras, en lugar de un arma de doble filo, se pueden convertir en una de “cuatro filos”.

9) El patadón de Blackstone padre

Durante 1937, en ocasión que Blackstone ejecutaba su clásico juego el floating de la lamparita, y mientras el mago se mezclaba con el público, un espectador no tuvo mejor idea que levantarse de su butaca, y pasar sus manos alrededor de la cabeza del canoso mago, intentando descubrir el secreto

Como sus esfuerzos no se vieron recompensados, volvió a su asiento.

Parece ser que después de esa actitud, Blackstone desplazándose entre las butacas, le propinó tal patadón a los tobillos al incrédulo espectador, que motivó una demanda por parte de este último.

El juez analizó el caso, y le dió un tirón de orejas al mago por desafiar a los concurrentes al pasearse entre el público, y otra recomendación al espectador, por levantarse de su asiento y molestar al mago.

Blackstone argumentó que en ningún momento trató de agredir o maltratar a aquella persona, solo fue el azar lo que produjo que su propio pie tropezara “casualmente”, con el del espectador.

La querella por U$D 5,000 fue denegada por el juez, pero según se comentó, Blackstone en su afán de congraciarse con los periodistas que cubrían el juicio, les explicó como era aquel secreto, suplicándoles no lo hicieran publico.

Y todos se retiraron felices y comieron perdices ¡

10) Querellas varias

* David Copperfield contra Herbert Becker, mago, escritor y varias cosas mas, por publicar libros y aparecer en programas de TV, donde se revelaban efectos realizados no solo por Copperfield, sino también por Doug Henning, Sigfried & Roy, etc.

* Goldin contra varios
El polaco Goldin tenía la característica de querellar a cuanto mago se le cruzara por el camino.

Demandó entre otros a Selbit y a Gran León por la ilusión de la “Mujer serruchada”, a Carl Hertz por la “Cámara Nupcial”, a pesar de no ser una invención de Goldin, a Fasola, Sears y De Biere, por ilusiones varias algunas de la cuales tenian mas años que la propia edad del polaco Goldin.

Al respecto, Houdini afirmaba que algunos de esos efectos, podrían haber sido inventados por el propio Noé en su famosa Arca.

Goldin también tuvo lo suyo. No quiso pagar a un carpintero, al considerar que el trabajo solicitado no había sido construído satisfactoriamente.

A pesar de su negativa, el polaco tuvo que saldar lo reclamado por el trabajador de la madera.

* Uri Gueller versus James Randi. Ambos litigaron el uno contra el otro, por muchos años.

11) Vidente y Peritos mágicos

Buenos Aires, 1993.

Algunas personas con distintos problemas, concurren al consultorio de una vidente conocida como Profesora Giménez de 49 años, gitana ella.

Sus títulos de psíquica, son avalados por certificados extendidos por una Asociación Mundial de Parapsicólogos.

La profesora soluciona las dificultades de los pacientes de la misma manera.

Les solicita dinero, en especial moneda norteamericana, y luego en presencia de los involucrados la vidente quema aquellos ahorros, que son los que provocan todos los males de los consultantes según sus dichos.

En otras palabras, los verdes se hacen humo.

Los damnificados como era de esperar, recurren a la justicia.

Al Dr. Norberto Quantín, Fiscal General de la Nación Argentina, y mago aficionado miembro del Circulo Mágico Argentino, no se lo ocurre mejor idea que convocar a dos conocidos colegas de Buenos Aires: Enrique Carpinetti “Kartis”, y Enrique Márquez “Aries”.

Los citados magos con sus conocimientos del arte, demuestran al tribunal lo fácil que es realizar aquella desaparición o quemado del dinero, sin que ello ocurra realmente.

Gracias a la idea de Quantin, y a los dos magos mencionados, la vidente en cuestión, fue condenada a dos años de prisión por estafas reiteradas.

Fue el primer caso en la Argentina, en que se recurrió a magos como peritos en un caso judicial.




En las fotos se aprecia al Dr. Quantín y a Kartis, en sus demostraciones ante los ojos atentos del tribunal.

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