20 noviembre 2009

Fantasmagoría I

Reproduzco textualmente una nota antigua referente a la fantasmagoría, que resulta interesante en mi opinión, pues en su descripción, en un estilo totalmente poético y muy clásico de la época, el cronista la relaciona con distintas etapas de la vida, llegando a una conclusión bastante sugestiva.

Reitero que he respetado la ortografía original para no quitarle encanto a este hermoso texto, aparecido en un periódico de mi Ciudad hace 146 años.

Fantasmagoría - El Ferrocarril – Rosario, Diciembre 4 de 1863

Hay muchas clases de fantasmagoría según el punto de vista que tomamos. La Linterna Májica, que produce sus variados y caprichosos cuadros, la tenemos en todas partes.

Uno que se encuentra al frente del escenario y adivina los juegos fantasmagóricos, no piensa quizás que a cualquier hora puede disfrutar de iguales visiones.

Hoy que la ciencia ha borrado los últimos restos de superstición, y la majia ha caído de su alta importancia y ha pasado a ocupar el puesto de unos tantos descubrimientos.

Hoy no se esconden los que hacen sus juegos de majia; por esto quizás ya todo el mundo los ha aprendido.

No hay un individuo que no sea capaz de producir toda una escena fantasmagórica cuando le plazca.

Y así aquella ciencia oculta y misteriosa antiguamente, esta hoy al alcance de todo el mundo.

La fantasmagoría a nadie sorprenderá si se fija un momento en lo que pasa en sí mismo. Una niña que no conoce aún las escenas del mundo, se figura en su imaginación cuadros fantásticos y llenos de aquellas escenas infantiles e inocentes que a su juicio son las únicas que existen: esa es la fantasmagoría de la infancia.

Un joven lleno de aspiraciones, su cabeza y su corazón de anhelos, ve desarrollarse ante sus ojos el lienzo del porvenir pintado con los colores mas vivos y alegres, y su imaginación ardiente lo lleva a presenciar grandes sucesos en que el es el actor principal: es la fantasmagoría de la juventud.

El enamorado solo ve escenas de amor; su amada se halla siempre entre sus ojos ya estén abiertos o cerrados, y el cuadro atractivo de sus amores permanece siempre ante su mirada: esta es la fantasmagoría del amor.

La niña que se haya en vísperas de matrimonio ve durante la noche desplegarse ante su imaginación el bello panorama de la luna de miel, con todos sus encantos, con todas sus flores, con todos sus placeres y continuamente sueña con el: es la fantasmagoría del matrimonio.

En todas las condiciones, tanto el hombre como la mujer han visto desarrollarse ante esos ojos estos cuadros: la fantasmagoría no puede ser extraña para nadie.

Pero hay también un momento en que esos cuadros se rompen, en que esas divisiones se desvanecen, en que la fantasmagoría se acaba.

La niña que llega a ser mujer, ve desaparecer como por encanto todas esas escenas infantiles y las reemplaza por otras mas serias y completamente distintas.

El enamorado que llega a sufrir un desengaño siente convertirse en espinas las flores que adornaban su camino y sus ilusiones se disuelven.

La niña que se halla unida al marido, en un momento de celos ve descorrerse el telón de sus ilusiones y aparecer en su lugar la realidad del matrimonio.

Pero hasta llegar a ese punto, cuantos cuadros, cuantas escenas fantasmagóricas no se han desarrollado ante su imaginación.

Por eso hemos dicho que cada uno lleva en su interior una linterna mágica en que la imaginación hace de luz, nuestros ojos de vidrio y el espacio de telón !.

Si falta uno de estos objetos, la fantasmagoría se disuelve. Por eso es que cuando el hombre ha llegado a esa edad en que no tiene para el influencia la imajinación, la fantasmagoría es imposible y solo vive de la realidad.

Por esto también la muger en quien la imajinación es mas viva, la mirada mas ardiente, y los ojos mas impresionables, podemos decir que en su juventud siempre vive en medio de esos cuadros.

De todos modos la fantasmagoría esta en nosotros mismos y la conocemos sin saberlo.

2 comentarios:

  1. Fascinante. Muchísimas gracias por compartir todas estas historias mágicas.

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  2. Hola Alejandro !

    muchas gracias por tu comentario.

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Gracias por tus comentarios.