27 abril 2015

Charlie Brown, un mago excepcional

En el año 1985, la Peña Mágica Rosarina se reunía en el local de Artistas de Variedades que dirigía el popular Mendozita, ubicado en Tucumán al 1000, allí donde la calle comienza su declive hacia el bajo.

En una noche calurosa de noviembre de 1985, en el patio de aquel caserón, la Peña recibía a un mago excepcional.
Charlie Brown vestido de blanco, presentó una rutina, aunque no puedo recordar si en el mismo orden que enumero: pañuelo de una mano a otra; anillo en el reloj; pila mediana a grande, pases con monedas; aros chinos con perchas; vino convertido en pañuelo; aparición de botella de sidra de un tubo vacio; transformación de paloma en capelina; tubo fluorescente danzarín.

No era muy conocido en aquel momento aquel mago flaco, alto, elegante, con pinta, voz de locutor de radio, y exquisita magia.

Lamentablemente en mayo de 1990, la ceremonia habitual de romper una varita mágica ante la muerte de un mago, se realizaba en honor a Charlie.
Norberto Barrile, mago Barry, escribió una nota muy emotiva sobre él en el Boletín de la Pemar de julio de 1990.

Algunos años más tarde, en un viaje a Buenos Aires, le pedí al recordado amigo Carlos Raggi, muy cercano a Charlie, que me contara sobre él.

Reproduzco brevemente aquella charla que mantuvimos por más de dos horas y media y que grabé entre café y café, solo interrumpida en algunas oportunidades por la tos crónica de Carlos.

Cristian Gabriel Paglia, había nacido en 1959, y comenzó con la magia a los 11 años, pero fue recién un par de años después cuando llego a sus manos el libro Encores del genial Tony Slydini, lo que marcó su carrera artística.

El servicio militar obligatorio, por suerte desobligado desde hace años en nuestro país, lo llevó a Comodoro Rivadavia, ciudad donde vivió por dos años, y fue después del retorno del sur que comenzó una relación más fluida con Raggi, a punto tal de convertirse en compadres.

Charlie en la TV con Leonardo Simons
Su primer nombre mágico fue Fafá, pero cuando comenzó a trabajar en la televisión, una productora del programa Música Total de Canal 9, le sugirió no solo cambiar su nombre artístico, sino que se atrevió a bautizarlo como Charlie Brown, lo que el mago aceptó, y así quedó.

Tuvo una carrera meteórica, y trabajó en programas televisivos de alto rating de la década del 80, por nombrar unos pocos: Sábados de la bondad, Feliz Domingo, Hola Susana, Finalísima, Carozo y Narizota, No toca Botón.
Fue profesor de magia de la academia del Bazar Yankee, pero cuando ese negocio se mudó del centro a barrio Belgrano, Charlie pasó a dar clases en el negocio Buenos Aires Mágico de Carlitos Raggi.
En Bazar Yankee. Foto cortesía del
Centro Argentino de Historiadores y Coleccionistas de Magia

En Bazar Yankee. Foto cortesía Centro Argentino
de Historiadores y Coleccionistas de Magia
Lector incansable, tímido e introvertido, pero al igual que muchos artistas, cuando enfrentaba al público en un show, afloraba otra personalidad totalmente distinta que arrollaba a los espectadores.

Una anécdota graciosa que recordaba Carlos Raggi, fue que antes de comenzar uno de los programas No toca Botón, Olmedo le pregunto a Charlie cuando cumplía años, y aunque faltaba bastante, Olmedo le dijo que no importaba, que esa noche iba a anunciar como ese día el aniversario de su nacimiento y lo iban a festejar en vivo en el programa. La anécdota no quedó aquí. ¡No!.
Al día siguiente, los teléfonos de Buenos Aires Mágico estaban al rojo vivo con más de 300 llamadas telefónicas saludando al cumpleañero.
Una de las tantas actitudes inesperadas del incorregible y querido negro Olmedo.

En el Flasoma de 1987, Charlie ganó el premio de Invención y perfeccionamiento con su “Pila de monedas flash”.

En 1989, participo en el show “Energía” de Valeria Lynch. La apertura de espectáculo, consistía en la aparición de Charlie de la Caja de sombras, luego mostraba la caja vacía, y de la misma aparecía a continuación Valeria cantando.
Aparición en el Show Energía
Durante el show había otras ilusiones, como por ejemplo hacer levitar a Valeria mientras entonaba una canción debajo de un lienzo, la hacía desaparecer del escenario, y al instante la cantante aparecía siempre entonando la canción desde la entrada al teatro, por detrás de los espectadores.

Magia para Valeria en Energía
El show estuvo en cartel en el Gran Rex de Buenos Aires con mucho éxito, y luego siguió la gira por varias ciudades del interior.
 
Lo pudimos ver en Rosario, no solo en el teatro, sino que también fue transmitido por canal 3 de nuestra ciudad. Faltaba todavía recorrer Mendoza, pero el destino no permitió que el público mendocino apreciara la calidad de Charlie.

Murió en mayo de 1990, en su momento de mayor esplendor y juventud.

En internet hay muchos videos que reviven su talento artístico.

Quizás el efecto por el que la gente más lo recuerda es el del tubo fluorescente danzarín (uno de sus preferidos) y la aparición de la capellina.

Charlie Brown, un mago excepcional!